Escuela de Defensa Civil "Gabriel Montoya Ossa"







GABRIEL MONTOYA OSSA  1.934 – 2.012

Nacido en Armenia (Quindío) el 29 de Enero de 1.934, hijo de María Ossa Ospina (de Pereira, Risaralda) y Julio Montoya Palacio (de Pácora, Caldas), este estricto hombre mayor de 12 hermanos, vivió su niñez en la capital Quindiana hasta que su familia se trasladó a una finca ubicada en las afueras del municipio de Quimbaya, en el mismo departamento.
En este municipio pasó gran parte de su juventud y forjó lo que sería su vida posterior: realizó sus estudios de secundaria en el instituto Quimbaya (hasta 9° grado), que le brindarían la oportunidad de vincularse rápidamente a la vida laboral; integró el cuerpo de bomberos voluntarios donde fomentó su labor de servicio desinteresado a la comunidad y conoció a Lesbia Londoño Marín, quien sería su esposa y compañera de ahí en adelante.
Desde temprana edad tuvo un carácter serio, aplicado y estricto, tanto así que sintió gran empatía por la vida militar a la cual quiso ingresar al terminar sus estudios, pero las diferencias políticas que eran tan importantes en la vida de los años 50´s en Colombia le impidieron realizar su sueño y lo enviaron a seguir su destino que estaba en su familia, las oficinas bancarias y la Defensa Civil.
En 1.957 contrajo matrimonio e inició labores en La Caja Agraria, banco que le daría el sustento por muchos años y que lo pondría a rodar por la geografía colombiana. Un año más tarde fue trasladado a El Espinal (Tolima) donde nació su primera hija Marta Elsa, luego a Chinchiná (Caldas) donde nació Gloria Carmenza, la segunda.
Para la familia de Lesbia, su esposa, Medellín se empezó a proyectar como un destino lleno de oportunidades y decidieron trasladarse a esta nueva capital industrial, estuvieron allí pocos meses, pero el trabajo movió de nuevo su residencia, esta vez para el municipio de Cañas Gordas (Antioquia) con el Banco Cafetero.  Por esa época nacieron en Medellín su tercera y cuarta hija María Elena y Liliana y posteriormente volvieron a Quimbaya para dar a luz a Lina María, la quinta.
En 1.968 vuelven a probar suerte en el Valle de Aburrá, esta vez para establecerse en el lugar que sería su hogar por el resto de sus días, el municipio de Envigado.  Allí empieza a trabajar en el Banco Comercial Antioqueño, de donde saldría jubilado en el futuro y nace su sexta y última hija Lorena.
Por esa combinación de militar estricto y tierno padre de 6 mujeres, encajó perfectamente en la Defensa Civil, a donde llegó en 1.970 gracias a la invitación de Raúl Londoño, su cuñado.  A medida que la Defensa Civil se iba transformando de una entidad casi policial al organismo social y de socorro que es hoy en día, Don Gabriel se fue enamorando más de la institución hasta ponerla como número uno de sus prioridades, a veces por encima de su familia, como relata su esposa.
De ahí en adelante, su vida transcurrió entre su trabajo como visitador del banco por toda Colombia, su hogar de 7 mujeres, su ejercicio físico diario, su enorme colección musical y su Defensa Civil, a la cual le atendió todos sus llamados, incluyendo episodios tan importantes como el terremoto de Popayán, la tragedia de Armero o el deslizamiento del barrio Villatina de Medellín, el cual lo dejó marcado por una experiencia conmovedora:   Después de 3 días de trabajo incomunicado con su familia porque en la época no habían teléfonos celulares, llegó a su casa triste, pues como padre de 6 hijas sintió como suyo el dolor de sacar de entre la tierra, primero una cuna y luego el cuerpo sin vida de una pequeña niña.  Esa tarde Don Gabriel lloró, lo cual era raro en ese hombre aparentemente duro.
Durante sus 42 años de voluntariado, Don Gabriel Montoya realizó varios cursos, recibió más de una docena de distinciones y ocupó casi todos los cargos dentro de la junta directiva de la Defensa Civil Envigado.  Cuando no estaba vestido de naranja, estaba ejercitándose dándole vueltas a la cancha del barrio El Dorado o con sus aparatos de gimnasio hechos por él mismo que instaló en el patio de su casa.  También pasaba tiempo escuchando música e intercambiándola con otros melómanos y en su hogar, pendiente de los cuidados de su compañera que a veces amanece malita debido al asma que la aqueja.
El 24 de octubre de 2.012, después de sus ejercicios matutinos, un malestar lo obligó a ir al médico, lo cual trató de evitar toda su vida.  Fue hospitalizado e intervenido quirúrgicamente pero 4 días más tarde una neurisma estomacal terminó con la vida de este hombre ejemplar.
Hoy, Don Gabriel Montoya vive en la mente de quienes lo conocimos y aprendimos de su experiencia y sabiduría, vive en cada rincón de la sede de Defensa Civil Envigado, vive en las flores de su jardín, detrás de la puerta de su cuarto donde mantenía colgado el uniforme naranja para salir de afán en cualquier momento, en un cuartico del patio donde están sus cascos, herramientas y aparatos de gimnasio caseros, en un mueble donde dejó cientos de cassettes y CD´s con sonidos que amaba y que iban desde boleros hasta clásica, vive en los ojos cansados de Doña Lesbia Londoño y en los hogares de sus 6 hijas; vive y tiene que seguir viviendo porque un legado como el de Don Gabriel Montoya debe preservarse.
Biografía por:  Jaime Rincón, Jefe de Comunicaciones JDC Envigado.